jueves, octubre 25, 2007

Anécdotas al volante
Ibamos camino a Manresa y Natalia me preguntó que quién vivía ahí. Le respondí que el Father Bernie y otros padres vivían ahí. Después preguntó que por qué yo iba a tomar clases en Manresa y le expliqué que ahí me enseñaban a rezar como San Ignacio de Loyola. Le dije que Ignacio era un súper amigo de Jesús y de Santa María (su favorita) y que en Manresa aprendía muchas cosas lindas. Se quedó pensativa y me contestó: “no mami, yo no conozco a –Ginacio-, ¿Quién es –Ginacio-?” Tendré que presentárselo próximamente.

Ibamos en el carro rumbo a la casa de Regina, una amiga de Natalia, y por andar distraida se me fue la vuelta correcta y tuve que dar un gran rodeo. Iba yo toda preocupada explicándoles a los niños que me había ido por otro lugar en lo que Natalia exclama mirando hacia el cielo por la ventana y con toda naturalidad: “Ay Dios que loquilla mami que nos diste”.

Nos dirigíamos al consultorio del pediatra para que les pusieran la vacuna de la gripa de esta temporada. Les iba explicando por qué es que les iban a poner una inyección y todo ese rollo...Bernardo estaba un poco ansioso y entre que lloraba y no...en eso, les digo: “pero les tengo una buena noticia, yo llevo al parque a los niños valientes y además les doy una paleta!”. Bernardo todo confundido me pregunta: “¿A nosotros mami?...cada vez que digo algo en impersonal, Bernardo responde lo mismo: ¿A nosotros mami? Como para asegurarse de que no me refiero a otros niños...con justa razón...jajaja.

Las buenas ideas de Dios
Pues sí, después de las vacunas, efectivamente fuimos al parque. Jugaron un rato y ya a punto de irnos vimos una banca de esas que se columpian y nos quedamos un rato más. Como siempre en el polo norte, el paisaje era divino, el laguito con patos, la fuente, los árboles de colores de fondo...pero lo más lindo, era escuchar a Natalia y a Bernardo comentando de todo. Basta con que yo empiece con alguna exclamación, para que ellos continúen la plática. Les dije: “Miren el cielo qué padre se ve de tantos colores...qué buena idea tuvo Dios de poner tantos colores en las tardes ¿verdad?”...Natalia, inmediatamente responde con una seriedad y con una naturalidad que me encanta: “si mami...si que le quedó bien”. Les pregunto entonces que qué otra buena idea les parece que tuvo Dios....y Natalia responde que qué bien que los patos tiene alas, así pueden volar...aunque luego dijo que el agua del lago no fue tan buena idea porque está sucia...le pregunté que porqué le parecía sucia y claro, respondió que porque no se toma! Obviamente ya habíamos pasado por eso en alguna otra ocasión. En eso, Bernardo observa que un pato se me mete al agua, al ratito el mismo pato se sale y se sacude el agua y los tres nos reimos. Les digo que el pato se sacude el agua porque no tiene toalla y Natalia responde: “es que no es una gente mami”. Pude haberme quedado una hora más platicando y observando (mis actividades favoritas)...pero para que la felicidad realmente lo sea tiene que darse con dosis controladas...asi, Natalia y Bernardo consientes de esto, empezaron a pelear. Natalia quería darle al columpio con todas sus fuerzas y Bernardo quería que no se moviera ni con el aire...exacto, justamente lo contrario. Acto seguido, regresamos a la casa.

Juegos
Estaba yo en plenas tareas domésticas cuando veo la escena más tierna de mi vida. Estaba Natalia detrás de su pizarrón jugando con un títere en forma de perrito, lo había hecho ese día en la escuela con una bolsa de papel (de las de lunch)...y le presentaba a su hermano toda una historia. Bernardo por su parte, escuchaba con atención sentado en su sillita frente al pizarrón. Me hubiera encantado ser invisible y preseciar todo el juego. Desafortunadamente mi simple presencia rompe todo el encanto. Bummer!

Palabras, palabras, palabras
Nos regalaron un pez Beta y Natalia le puso “Ximena”, pero para Bernardo es “Xinema” o “Xinemita”.

Natalia: “Mami, esa ardilla no encuentra sus –betollas- para comer”